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Una digna esposa

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Días después de ese vergonzoso incidente, Eusebio, quien ya había recuperado su aplomo y sus buenos modales, invitó a comer a su hijo a su casa; al terminar la comida mencionó que debían revisar un nuevo contrato para H.T. y fueron a la biblioteca. Mientras Giovanni estaba frente al computador revisando el contrato, Eusebio, sentado frente a él, tocó el tema de Jazmín, de cómo la encontró y con quien en la casa de la montaña. La respuesta que obtuvo de Giovanni lo desconcertó. -¿Sabes de cual de sus amantes se trataba, de Rubén o de Félix? -¿Eh? -Que si era Rubén o Félix quien estaba con Jazmín. -¡Cómo! De modo que lo sabes… Giovanni lo miró y dejó escapar una carcajada. -Por supuesto que lo sé. Una mujer tan intensa como Jazmín necesita íntimamente de un hombre siempre. Y yo no soy ese hombre. -Giovanni…no, no entiendo lo que pasa. ¿Te has vuelto loco? -No papá, de ninguna manera –con la mirada fija en la pantalla del computador, prosiguió- tu deseabas emparentar co...

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Las montañas y las colonias de frondosos pinos que adornaban la carretera y que se extendían más allá de lo que alcanzaba a apreciar el campo visual, ofrecían un relajante panorama a la cansada vista de Eusebio. Decidió pasar un fin de semana completamente solo en su casa de la montaña. Era una casa de estilo español antigüo, con paredes de piedra y enormes vigas de tronco de madera en el techo. Al cruzar la puerta de entrada una enorme sala dividida en dos invitaba a sentarse a disfrutar de una buena charla en familia, los accesorios (mesas, sillas, lámparas, floreros) era un magnífica combinación de elementos rústicos y modernos mezclando texturas de madera, cuero y el hierro. Disimulada en la pared frontal una chimenea acaparaba la atención; a mano izquierda una escalera del mismo material que la pared y con pasamanos de moderno diseño en metal conducía al segundo piso de la casa. Bajo el arco formado por la inclinación de la escalera y la pared descansaba una mini biblioteca con ...

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Las funciones del puesto que dejó vacante Janet en H.T. eran llevadas a cabo por Eusebio, con eso creía ayudar a su hijo reduciendo costos en la empresa y de paso él se mantenía ocupado, necesitaba sentirse útil. Giovanni pasaba la mayor parte del tiempo en su oficina, apenas cumpliría su segundo aniversario de boda y ya la vela que iluminaba el encanto del enamoramiento, económico por supuesto, se apagó. Meses después de casado, Jazmín le comentó de los aprietos económicos por los que atravesaba su familia y le solicitó un préstamo para que don Margarito (su papá) no perdiera la mitad de sus tierras. Giovanni se enfureció al enterarse y de mala gana accedió al pedimento de su esposa dejándole muy en claro que no estaba dispuesto a arriesgar su dinero de una manera tan absurda. Le costó mucho llegar al sitio que hoy disfrutaba y no iba a perderlo solo porque alguien que no pertenecía directamente a su familia no tuviera la inteligencia para planear un buen negocio. Durante mucho...

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La figura erguida y torva de Eusebio estaba frente a ella, con ese gesto altanero tan suyo. La lógica le dijo a Janet que el hombre actuaba con conocimiento de causa, de lo contrario no estaría ahí. -Si, yo. ¿Quién esperabas que fuera? ¿Mi hijo? Imposible. Va en camino a casa, a reunirse con su esposa. Notó el tono burlón de Eusebio al recalcar esta última frase. Janet no iba a permitir que nuevamente el veneno le fuera escupido en la cara. -Es lo correcto. Y usted debería hacer lo mismo, ir al lado de la suya. Éstas ya no son horas de trabajo. -No resultaron tus planes, es una lástima, -se sentó en una de las sillas y arrojó sobre la mesa un folder. -Lamento informarle Eusebio –por primera vez lo llamó por su nombre, cosa que él consideraba un insulto- que mis planes no han cambiado, siguen en pie, un poco retrasados pero en pie. Los que se vinieron abajo fueron los de Giovanni. Eusebio le lanzó una despectiva mirada tan característica de él. -Sabes que ya no puedes se...

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El departamento se encontraba ubicado en pleno centro de la ciudad. Un mini complejo de tres pisos en una calle poco transitada pasaba desapercibido en medio de pequeños comercios, talleres mecánicos, una fabrica de ropa y un consultorio homeopático. Solo dos de los tres departamentos estaban rentados y eran el de la planta baja y el tercero, el segundo aún no había encontrado inquilino que le diera vida. El que ella ocupaba era, por fortuna, el de la planta baja. La elegante fachada del edificio era color amarillo pálido, protegida por una sencilla reja en color blanco. Al fondo del corredor, girando unos cuantos pasos hacia la izquierda, la puerta de entrada a su departamento quedaba de frente a las escaleras. Al entrar a mano derecha estaba el interruptor para encender las luces del pasillito que llevaba a la sala, ya que las paredes en tonalidad gris y la ausencia de luz natural en esa área lo hacían parecer más oscuro y sombrío al caer la tarde. Antes de llegar al salón, una pu...

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El regreso de Giovanni lejos de alegarla la desconcertó. El hombre que estaba de vuelta era en lo absoluto un desconocido, con el rostro y cuerpo físico de Giovanni pero su comportamiento era distinto. Trataba a Janet como si apenas la conociera. Una mañana, estando él solo en la oficina, Janet intentó demostrarle su afecto y alegría por medio de un cálido abrazo seguido de tiernos besos, estaba ansiosa por hacerlo, por invitarlo a ir al departamento, pero solo obtuvo un rechazo que la hizo sentir una estúpida, el rubor cubrió su rostro y optó por retirarse. Pensaba que el desaire se debía a que Eusebio podría llegar en cualquier momento sorprendiéndolos, ¿y como explicarle por qué se encontraba uno en brazos del otro? Amaba tanto a Giovanni que lo que menos deseaba era perjudicarlo. Giovanni actuaba de forma extraña con ella, evadía sus encuentros a solas, las preguntas de Janet quedaban sin respuesta, lo mismo que las invitaciones a conversar en su departamento. Janet justifica...

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Transcurrieron los días, semanas y Janet continuaba sin recibir la tan anhelada noticia de boda. “Tranquila, haz de cuenta que no sabes nada y en el momento menos esperado te lo hará saber…”. La inquietud que logró sembrar Genaro se disolvió; pronto tendría la oportunidad para demostrarle lo equivocado que estaba. Ni caso tenía comentar el asunto con Giovanni. Días después, y sin previo aviso, se llevaron a cabo algunos cambios en la oficina: el ingeniero Eusebio se integraría al equipo de trabajo para apoyar en el área de ventas y en algunas de las labores de gerencia; cosa que no fue del agrado de Janet porque la presencia del ingeniero significaba no tener la libertad acostumbrada para apoyar a Giovanni y por otra parte su relación sentimental corría el peligro de perderse. No tuvo más alternativa que adaptarse a la nueva situación. El ingeniero Eusebio se instalo en el mismo privado que su hijo, el señor tenía por costumbre trabajar a puerta cerrada, por lo que ahora la asi...