Una digna esposa

Días después de ese vergonzoso incidente, Eusebio, quien ya había recuperado su aplomo y sus buenos modales, invitó a comer a su hijo a su casa; al terminar la comida mencionó que debían revisar un nuevo contrato para H.T. y fueron a la biblioteca. Mientras Giovanni estaba frente al computador revisando el contrato, Eusebio, sentado frente a él, tocó el tema de Jazmín, de cómo la encontró y con quien en la casa de la montaña. La respuesta que obtuvo de Giovanni lo desconcertó. -¿Sabes de cual de sus amantes se trataba, de Rubén o de Félix? -¿Eh? -Que si era Rubén o Félix quien estaba con Jazmín. -¡Cómo! De modo que lo sabes… Giovanni lo miró y dejó escapar una carcajada. -Por supuesto que lo sé. Una mujer tan intensa como Jazmín necesita íntimamente de un hombre siempre. Y yo no soy ese hombre. -Giovanni…no, no entiendo lo que pasa. ¿Te has vuelto loco? -No papá, de ninguna manera –con la mirada fija en la pantalla del computador, prosiguió- tu deseabas emparentar co...