El Todopoderoso

-No, no, no. –grita Carlos al tiempo que de improviso que se levanta de un salto e intenta tomar por el cuello a Esperpento, olvidando por completo que tiene unas esposas en sus muñecas, además de que por los gritos y el ruido de la silla al volcar, los uniformados aparecen con rapidez al auxilio de su jefe.- Ese niño es mi hijo, Adela y yo lo engendramos, revise el documento, debe haber algún error. Esperpento lo mira con compasión y algo parecido a la tristeza, emociones que contrastan con la dureza de su rostro. Con tranquilidad se dirige al detenido. -No hay error, esa criatura no lleva tus genes. Solo Adela sabe a quién le pertenecen. Y es una lástima que no pueda decírnoslo. –dirigiéndose a sus subordinados, les dice en tono calmado pero autoritario- Regrésenlo a la celda, ya me ocupo de que le asignen un abogado de oficio. Continuará... Obra bajo Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License