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Los fantasmas de Lola

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Llovía a torrenciales. Sentada a su mesa, frente a la ventana, Lola contemplaba caer la lluvia. Su rostro era una mezcla de decepción, coraje, desesperación y quien sabe cuantas más emociones negativas. Unas horas atrás salió muy contenta de su casa con la seguridad de obtener el empleo que tanto necesitaba. Pero una nunca debe dar las cosas por hechas hasta que ya las tenga en la mano. Llegó a la empresa repartiendo sonrisas, después de todo, aquellas personas ya eran sus compañeros de trabajo y quería llevarse bien con todos. Mientras ella esperaba en la sala, su menta hizo una lista rápida de cómo distribuir el sueldo que le estaba asignado “acabo de solicitar la prórroga en la escuela y se vence hasta el próximo mes, pero la renta y la despensa…” Aquellos planes se desvanecieron al salir de la oficina de recursos humanos. ¿El motivo? El puesto que le fue ofrecido apenas el día anterior ya era ocupado por otra persona, una recomendada del compadre de uno de los socios. Ni hablar. Di...

Ella es importante

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Un día más, un día de trabajo igual al de ayer, igual al de un día cualquiera de meses atrás, igual al que será mañana y a cualquier otro que vendrá dentro de algunas semanas. A Felicia Villagrán su madre le enseño desde niña a ser la mejor en cada cosa que llevase a cabo, y en el trabajo no debía ser la excepción: era una empleada puntual, respetaba a sus jefes y compañeros, les ayudaba desinteresadamente, y se quedaba después de su hora de salida si era necesario; gracias a esto se ganó la confianza y simpatía de sus jefes, quienes al notar ese magnífico potencial no dudaron en asignarle las tareas más importantes y confidenciales. Esto llenaba de orgullo a Felicia, después de todo, era la hija de Altagracia Solero, y el resultado no podía ser el contrario. A pesar de todas sus cualidades laborales, las últimas semanas no fueron del todo buenas para Felicia, tenía las ganas para continuar superándose académicamente, por lo que se atrevió a solicitarle un aumento de sueldo a su jefe, ...

Acerca de mi nombre

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“Todo individuo tiene derecho a poseer un nombre”, así lo ordena el Código Civil del terruño en que vivimos. El nombre es nuestra primera carta de presentación, por el nombre nos aceptan o nos rechazan desde antes de conocernos personalmente. Algunas personas dicen que el nombre ayuda a forjar nuestro futuro, otras afirman que el individuo es quien hace al nombre. En fin… el caso es que nuestros padres eligen como van a llamarnos el resto de la vida; y a nosotros ni se nos pregunta si estamos de acuerdo o no, pues obviamente el nombre que han escogido es agradable para su oído, y las más de las veces no para el nuestro. Mi caso no es diferente al de los demás. De joven, mamá se ganaba la vida cuidando niños (función abreviada en una sola palabra: niñera) entre ellos unos gemelos, la bebé llevaba el mismo nombre que yo ostento ahora, a mi mamá le encantó y decidió que así llamaría a su primera hija, mi padre no tuvo ni voz ni voto en la elección. En lo personal, nunca me ha gustado el n...

Melodía número 5

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No, porque tus reproches me tienen cansado, porque en nuestras vidas ya todo ha pasado, porque no me has dado ni un poco de ti… Creíste que yo era el hombre por quien habías esperado tanto tiempo, quisiste que yo fuera tu apoyo, pero en ese momento yo solo pensaba en diversión gratuita, con mujeres jóvenes, guapas, que solo viviesen el instante sin pedir nada a cambio, y tu no entrabas en esa descripción. No es que tu no fueras guapa a tu manera, pero ya rondabas por los cuarenta al igual que yo, y un hombre a esa edad necesita sangre nueva, piel fresca para sentorse vivo. Y vaya si gocé a cada mujer que tuve en mi cama. Le dí mas importancia al sexo que al corazón. No, porque en tus besos no encuentro dulzura, porque tus reproches me dan amargura, porque no sentimos lo mismo de ayer… Me enteré de tus sentimientos hacia mi y pensé que solo por quereme ibas a aceptar las condiciones que quise imponerte. Creí que sin mi no tendrías vida, y para mi sorpresa te alejaste del todo al verme c...

Carretera

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Desierta. Atemorizante. Con ese hedor a zorrillo que hacer arder la garganta y la nariz… Al costado de la carretera veo alguna que otra humilde vivienda, un poco distantes la una de la otra; no imagino como hay gente que en pleno siglo XXI puede vivir sin energía eléctrica, sin agua potable, cocinando sobre trozos de leña y solo Dios sabe como realizaran sus necesidades fisiológicas. Oh! Y estas enormes empresas, no concibo que alguien pueda trabajar ahí durante la noche, yo me paralizo del temor solo de pensar en los sonidos espeluznantes que deben escucharse. En fin…mientras yo solo viaje silenciosamente observando el paisaje, la forma en que vivan o trabajen los demás no debe mortificarme…

Soy a quien quisiste destruir

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Capitulo VII Aún así no perdió el ánimo y terminó su preparatoria obteniendo altas notas. Desafortunadamente la situación económica empeoró y Emilia aún con su orgullosa instrucción preparatoria tuvo que aceptar trabajos mal pagados o que no iban acorde con sus intereses. Dos años después ingresó a las aulas universitarias a prepararse como programador de computadoras. La fortuna esta vez fue diferente y aunque por su poca experiencia en el área al principio fue difícil encontrar donde le brindaran la oportunidad de aprender y desarrollar los conocimientos adquiridos, logró ingresar a un negocio de compra-venta de llantas, donde se desempeñó como técnico capturista y adquirió otras habilidades que le ayudaron a escalar pequeñas posiciones dentro del puesto. Por esos días, Hermila enfermó. Se pensaba que por un golpe que se dió en el empeine en el filo de un escalón al estar aseando la casa donde trabajaba, se ocasionó una fractura, y como no se atendió de inmediato su pierna comenzó a ...

Soy a quien quisiste destruir

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Capitulo VI Emilia adulta hizo un paréntesis entre sus recuerdos. -Siempre dependiente de tu madre. –sonrisa sarcástica- Todavía a tus casi cincuenta años pidiéndole consejo de cómo educar a tus hijas. Es por eso que me odiaste. Porque me odiaste por no ser la hija sumisa que esperabas. Me odiaste porque tus sueños no eran los míos; y porque a pesar de tu oposición yo logré realizar lo que quería. Emilia estaba ilusionada con ingresar a la escuela preparatoria, su sueño era convertirse en una excelente psicóloga clínica, le gustaba sobremanera ayudar a la gente a encontrar la raíz de sus traumas. En lo personal admiraba mucho a su profesora de Literatura, era psicóloga y en su clase analizaban el comportamiento de los personajes. Esto era lo que más le gustaba a Emilia “y tienes la capacidad y la facilidad para hacerlo” le dijo en cierta ocasión la profesora Eugenia. Por lo que ya tenía decidido que hacer llegado el momento de preparar el ingreso a la Universidad. Pero Hermila mentalme...