Melodía número 5


No,
porque tus reproches me tienen cansado,
porque en nuestras vidas ya todo ha pasado,
porque no me has dado ni un poco de ti…

Creíste que yo era el hombre por quien habías esperado tanto tiempo, quisiste que yo fuera tu apoyo, pero en ese momento yo solo pensaba en diversión gratuita, con mujeres jóvenes, guapas, que solo viviesen el instante sin pedir nada a cambio, y tu no entrabas en esa descripción. No es que tu no fueras guapa a tu manera, pero ya rondabas por los cuarenta al igual que yo, y un hombre a esa edad necesita sangre nueva, piel fresca para sentorse vivo. Y vaya si gocé a cada mujer que tuve en mi cama. Le dí mas importancia al sexo que al corazón.

No,
porque en tus besos no encuentro dulzura,
porque tus reproches me dan amargura,
porque no sentimos lo mismo de ayer…

Me enteré de tus sentimientos hacia mi y pensé que solo por quereme ibas a aceptar las condiciones que quise imponerte. Creí que sin mi no tendrías vida, y para mi sorpresa te alejaste del todo al verme coquetear con cuanta mujer me gustara. Te veías tan fuerte, tan entera, si acaso sufrías nadie lo imaginaba. Preferiste seguir tu camino sola a esperar a que yo te arrojara una migaja de mi afecto.

No,
porque ya no extraño como antes tu ausencia,
porque ya disfruto aun sin tui presencia,
ya no queda esencia del amor de ayer…

Muy tarde me di cuenta de los que realmente vales. El poco tiempo que nuestros caminos se abrazaron, sentí que aprendimos el uno del otro y crecimos emocionalmente. Y al faltarme tu mi mundo se vino abajo, pero no lo noté de inmediato, ciego como estaba de lujuria y deseo. Un cuerpo joven para disfrutar en mi cama era de mas valor que una mujer inteligente que estuviera a mi lado para ayudarme a crecer y llegar a la tarde de mi vida.

Ahora, años después de esa separación, entiendo todo lo que perdí, yo era un trozo de papel que el viento llevó de un lado a otro. Deje inconclusos mis planes, los mismos que empezamos juntos tu y yo. Pero tu si los lograste, yo en cambio, tuve que responsabilizarme de un hijo que no estaba planeado y de su madre, una joven quien nunca está conforme con los ingresos que obtengo en mi negocio.

No, aunque me juraras que mucho has cambiado,
Para mi lo nuestro ya está terminado.
No me pidas nunca que vuelva.
Jamás.

Muchas veces imagino mi vida a tu lado. Pero el miedo fue mas fuerte que yo, fui débil y no tuve la frialdad para planear el modo como deseaba vivir, ni la fortaleza para afrontar la responsabilidad de una nueva vida en pareja.

Comentarios