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Mandamiento No. X: no te entrometerás en los asuntos de tus hermanos.

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Bajo un sol que rostiza la piel y 38ºC de temperatura, Laura Alicia espera frente a la puerta de casa de su amiga Diódora, indecisa. Sabe que necesita tocar el timbre y rescatar a Pablito, el pequeño perro raza chihuahua de su hermana Irlanda. -Hace menos de cuatro horas que se lo acabo de entregar, y ahora ¿cómo le voy a decir queme lo regrese?   Lleva su mano al timbre, pero al instante la retira. Escucha una vocecita infantil hablar con cariño y unos ladridos. Se siente miserable. Cruza la calle para esconderse tras un árbol. Un automóvil a gran velocidad por poco y la arrolla.  De su bolso extrae una botella de agua helada y da un trago largo. Pablito merece un mejor trato, eso no se duda. El abandono que sufre la mascota por parte de Irlanda orilló a Laura Alicia a tomar la decisión de, en secreto, buscarle una familia que realmente se comprometa a cuidarlo y darle la atención y el amor que requiere. Pero no contó con que deberá justificar la ausencia del a...

Pascualito, el buen vecinito

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El tipo se zampa  plácidamente un gran sorbo de cerveza. Sostiene frente a sus ojos el envase. Sonríe. Le agrada verlo sudar, sentir la frescura del liquido traspasar el aluminio en la palma de su mano, y mucho mejor cuando lo que se moja es su lengua…   Obeso, de mediana estatura, la calvicie no tuvo piedad para con él.  Acostumbra afeitarse cada 3 o 4 días. Usa unos lentes de fondo de botella que cuando uno lo mira de frente, tiene la impresión de que aquellos ojos saltones en el instante menos pensado se saldrán de sus cuencas.  Ese es Pascualito Garza,  “Garcita” o “el buen vecinito”, como es conocido en tono de burla entre sus vecinos dicho individuo, por su tendencia a ser entremetido y comunicativo de los asuntos ajenos.    Todos los días, precisamente a las 7:00 de la tarde, “el buen vecinito” se sienta en una mecedora en la terraza delantera de la planta alta de su casa,  torso desnudo ,   vistiendo solo  una berm...

Persigue tus sueños

Levántate temprano. Toma una ducha fresca para que los residuos del sueño, la pereza y el cansancio se vayan de tu cuerpo. Mírate al espejo y sonríe: “Soy la mejor creación del Universo”. Arréglate con esmero, con vestido y zapatos limpios, una imagen agradable es un excelente bálsamo para el ánimo propio y el ajeno. En una bolsa de basura echa el miedo, la angustia, la incertidumbre y todo lo que sea perjudicial a la mente y al corazón. Pon la bolsa en el contenedor, el camión recolector pasará más tarde y lo triturará. Siente el aire de la mañana llenar tus pulmones. Sonríe.  “Soy la mejor creación del Universo”. Ve tras tus sueños. Persíguelos. Entre más obstáculos presente tu carrera, más agradable será el sabor del triunfo, más alta tu autoestima y más amplia tu experiencia. Toma un respiro en tu camino, pero nunca apagues tu brillo. Persigue tus sueños. Atrápalos.  

FELIZ AÑO 2014!

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Hola compañeros del cuaderno y la pluma. He estado un poco ausente de estas tertulias, ocupada en un nuevo relato que pronto lo daré a conocer a ustedes.  Les deseo felices fiestas, y que el año por llegar esté lleno de salud, amor, armonía, paz, trabajo y muchísima inspiración.  Que el espíritu de nuestro Creador mantenga encendida en nosotros la llama del entusiasmo para crear y emprender con éxito cosas nuevas y diferentes.  Son mis mejores deseos para ustedes en este recién nacido 2014.  Felicidades.

Plácido Domingo

Casa caída. Casa triste. Casa que inspira compasión. Casa habitada por fantasmas. Casa codiciada. Casa oscura. Aún y con todos esos adjetivos, me gustaba mi casa los domingos de verano. Era el día más esperado de la semana, pues era el día “oficial” de visita de mis tías y mis primos. Era el único día que podíamos salir del “régimen de dictadura” impuesto por mamá durante la semana y comer sin restricciones galletas, helado, refresco y dulces. Me gustaba ese ambiente formado de gritos, cuchicheos; los más pequeños correteaban por el inmenso patio, jugando a las escondidas, al voto o dejándose caer sobre las hojas secas de los árboles. Los mayores, en cambio, conversábamos sobre moda, chicos y chicas, música, etc., o simplemente nos mecíamos en el columpio que mi padre nos hizo teniendo como base los dos limoneros que generosamente nos regalaban su sombra y oxígeno para mitigar en algo el sofocante calor. El piso era de tierra, en tiempo de lluvia se convertía en un pantano, pero en es...

Señor de la Basura

No hay día en que me baje en la parada del autobús y él esté recogiendo la basura del parque. A veces con la mano, a veces con una herramienta vieja en forma de tenedor a la cual le faltan varios dientes; otras veces barriendo con una desgastada escoba de pajilla. Personaje oscuro. Personaje ordinario. Días atrás pasó frente a mí y comenzó a barrer, claro que como la tierra está suelta y seca, se alzó una polvareda que me ocasionó una tos incesante. Ayer me refugié del sol bajo un frondoso árbol esperando mi transporte, retocaba mi maquillaje pues sentí mis labios resecos, el labial ya se había desvanecido; sin advertir la presencia del desagradable tipo, de repente escucho el ruido de unas bolsas plásticas al caer, no desvié la atención de mi actividad pero pude ver que el muy desgraciado arrojó aquéllas a mis pies, por fortuna no me ensuciaron. ¡Maldito! Siempre vistiendo sucios pantalones de mezclilla y un chaleco azul con dos rayas verticales en un chillante color naranja, es el “...

El Tejedor

Camino cabizbajo sin importar por cuales calles me llevan mis pasos. Me encuentro triste, encolerizado. La amiga con la que yo deseaba entablar una relación me dijo que no está interesada en un hombrecillo mediocre como yo. La caminata me tranquilizó un poco. Vi correr un perro con su amo por un parque, envidié su alegría, sus ganas de vivir. Cuando me di cuenta me encontraba en un mercado de colonia, entre olor de aceite requemado, fruta fresca, sahumerios e incesantes gritos de merolicos que intentan convencer a la gente de adquirir sus productos; más allá, bajo la sombra de un frondoso y apartado árbol, un anciano de piel oscura, tostada por el sol y arrugada por el paso inexorable del tiempo, afanosamente entrelaza hilos de diversos colores en un telar. Sin dejar de observar el gesto de alegría que emana de su rostro me acerqué a él. En estos momentos ya quiero tener la actitud optimista que él tiene, a pesar de mis problemas, sin embargo, me siento lleno de impotencia, frustrac...