Crucigramas

Segundo domingo de noviembre, por la mañana Me asomo a través del grueso cristal de la ventanilla ovalada que hay al centro de aquella puerta de madera oscura. Cubro los costados de mi rostro con las manos para que la luz me permita tener mejor visión, pero aun así, todo se ve distorsionado. ¡Ay! Está abierta. Por instinto doy un paso atrás, atemorizada. ¡Hola! ¿Hay alguien en casa? Grito mientras la puerta con lentitud se abre de par en par. Está a oscuras. Me siento estúpida al preguntarlo, no obtengo respuesta. El interior de la casa me inspira confianza, por lo que me adentro en sus entrañas. En la pared de mi derecha hay un interruptor, lo acciono pero al parecer no hay energía eléctrica.Un cuarto largo, dividido en espacios pequeños y acogedores, con detalles de buen gusto. La estancia es un sillón central, una sencilla mesa ratona de madera en color chocolate sobre la que descansa un jarrón transparente con hermosos lirios blancos. Me acerco para aspirar su...