De que colores tan preciosos se viste el amanecer. Dorado, azul violeta, celeste… aunque sea invierno, el alba nos sorprende con sus colores de verano. Desafortunadamente, el ser humano, el depredador más peligroso del planeta tierra, no valoramos esos momentos de serenidad, de encontrarnos con la divinidad, de escuchar lo que tiene para decirnos día a día. El mundo nos envuelve con sus tentaciones seductoras en los ámbitos culturales, sociales y económicos. Todos quieren estar a la altura de una economía desahogada, comprando cosas que no necesitan solo para que el resto de la gente murmure de ellos, que tienen electrónica de tal marca, ropa del diseñador fulano, perfumes del diseñador zutano, lentes de tal diseñador y que los adquirieron en tal parte de la Unión Americana… todo esto se resume en una sola palabra: presunción. Escuché a dos personas entablar conversación, uno de ellos, por lo que pude entender escuchando retazos de la plática, (aclaro que no es que dedique mi tie...