Pueblo chico...chisme grande


 






                                                                                                                                                        Imagen de Lucente en Pixabay


No doy un paso sin que me encuentre contigo, es la desventaja de vivir dentro de un fraccionamiento pequeño y aislado, es como vivir en un mini pueblo, donde todos los habitantes se conocen y los secretos son a puertas (y gargantas) abiertas.

 

Cada quien tenemos nuestras actividades, y eso justifica que coincidamos en la mayoría de los lugares, apenas voy dando vuelta para acercarme a la puerta de la parroquia y escucho tu voz, la alegría que ella deja escapar.

 

Intento concentrarme en lo que hago, pero tu presencia es una distracción que me atrapa, y lo que hagas o dejes de hacer es alimento para mi insana e indebida curiosidad.

 

La misa avanza, te acercas para intercambiar un saludo, minutos después te acercas al altar para tomar la comunión. Eso me desconcierta, no lo considero correcto, pues la comunión es para quienes estén libres de culpas o pecados, o al menos intentan no volver a caer en la tentación. Pero en el fondo, tu sabes que no perteneces a ese grupo de absueltos, pues en tu matrimonio existe una tercera persona, y es por parte tuya.

 

Es impresionante, porque no cabe decir envidiable, la frialdad y la indiferencia con que ocultas tu verdadero rostro.

 

Y los demás te ven como una persona que es un ejemplo a seguir.

 

De todo corazón, espero que pronto se te caiga la máscara de la virtud.


Obra bajo Licencia Creative Commons

Attribution-NonCommercial-NoDerivatives

4.0 International License









Comentarios