El Todopoderoso

Arturo Segura es un hombre que a sus 70 y pocos añitos tiene la vitalidad de un joven en su treintena. Alto, con el pelo completamente cano peinado con raya al lado, utiliza gafas de montura metálica que le otorgan la apariencia de profesor universitario. Es el propietario del edificio de oficinas donde Carlos labora como personal de limpieza. Llegó hasta sus oídos el rumor, quejas mejor dicho, de que el susodicho de repente se extraviaba de sus quehaceres y don Arturo decidió pisarle los talones. Llegó justo en el momento que su trabajador subía a la octava planta armado con cubeta, rastrillo, escoba, bolsas para la basura y trapos para sacudir. La limpieza de la bodega no debe llevarse más de treinta minutos, ya que es un área que tiene poco uso y con una barrida rápida y quitar el polvo de vidrios de las ventanas se mantiene limpio. El caso es que ha pasado casi dos horas y el tal Carlitos sigue perdido entre cachivaches viejos. Por lo que se da a la tarea de entrar en la bode...