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Mostrando las entradas de marzo, 2013

Como duele caer

Un buen fin El hombre sube a su auto. Está cansado de ir de un sitio a otro, más sin embargo, su alegría es mayor. Mira a su alrededor las carencias que aquellos donativos ayudarán a soportar. Los cien mil pesos arrebatados a ese par de estafadores fueron utilizados para un buen fin y distribuidos en partes iguales entre dos recintos de reposo para ancianos, dos orfanatos y un refugio para animalitos sin hogar. -El dinero quitado con engaños a personas inocentes viene a dar alivio a otros inocentes. Te pido que me perdones, Dios; no juego a interpretar tu papel, ni soy quien para juzgar ni hacer justicia por mano propia, simplemente es parte de mi profesión.   Va de regreso a casa. Un baño tibio y una buena comida lo esperan.  Fin

Como duele caer

Jaque Mate, el fin de la jugada Esa tarde en especial, Eugenio celebraba su victoria. De nueva cuenta era un hombre soltero, independiente y con una más que excelente cuenta bancaria. Cocinó una deliciosa pasta que acompañó con un fino y suculento corte de carne asado a la parrilla, sacó a relucir sus dotes de cocinero, la ocasión lo valía. Un buen vino da el toque final. Se sienta y degusta su platillo, una suave música se deja escuchar. Se felicita a si mismo por preparar aquella delicia, da un trago al vino y sonríe.     -Es hora de retomar mi vida donde la dejé, es buena idea un cambio de residencia, empezar en otro estado donde nadie me conozca y darme a la tarea de embaucar a otra incauta a quien seducir. No será difícil, hoy en día los bares son muy concurridos por profesionistas solteras en busca de aventuras. Ah!. –deja escapar un suspiro- Ya extrañaba mis hábitos, sobre todo mi comida. A la tontorrona de Virginia le hacen falta con urgencia unas buenas cl...

Como duele caer

Osvaldo Alguien reía escandalosamente dentro de la oficina, obviamente tenía motivos para estar de buen humor. Esa risa le hace volver a la realidad. A sus espaldas una conocida voz masculina pronuncia su nombre, vuelve la mirada y ve a Osvaldo Ferrel, su amigo personal y representante legal de la empresa. -Menos mal que no te has marchado, me hice acreedor a una buena infracción por rebasar el límite de velocidad, pero debía alcanzarte, -trae consigo un folder celeste, pero aún así con cortesía le quita la caja de las manos y camina rumbo a sus oficinas, Virginia lo sigue en silencio.- necesitamos aclarar algunos puntos. La chica advierte que son blanco de las miradas curiosas. Oz, como afectuosamente le llama, es un hombre en mitad de la treintena, buen gusto en el vestir, siempre de impecable traje y ultra perfumado; Virginia muchas veces se preguntó cuanto tiempo le duraría un frasco de perfume, no mucho a juzgar por la cantidad diaria que usaba. El cabello engomado y pe...