Errores
Aquí presento mi nuevo relato, Errores, el cual iré publicando por entregas. Gracias por leerlo y más agradezco aun si hay algún comentario o crítica que quisieran agregar respecto a él.
El semblante de Esteban es una mezcla de cansancio y
fastidio, Arantza lo espera arreglada con esmero: un vaporoso vestido blanco,
pendientes, cadena y pulseras de bisutería barata y un apenas perceptible
perfume de jazmín, ve la mesa dispuesta elegantemente.
-No estoy para invitados Arantza, -lo dice en tono amable y
firme- vengo molido del trabajo y lo único que deseo es darme una ducha fría y
tirarme en la cama a dormir.
La mujer sonríe.
-Los invitados somos nosotros, -Esteban no entiende lo que
significa aquello- Ustedes los hombres olvidan las fechas importantes. Un día
como hoy hace seis años….-deja la frase en el aire, esperando que la memoria de
su compañero traiga el recuerdo.
-…..
-Un día como hoy pero hace seis años…decidimos formalizar
nuestra relación, acordamos vivir juntos, y si después del segundo año logramos
permanecer juntos aún, -se acerca y le arregla el cuello de la camisa-
pensaríamos en legalizar nuestra situación. –con el dedo índice le da un
toquecillo en la punta de la nariz.- Preparé una cena especial, hoy fijaremos
la fecha de nuestro enlace civil.
-Arantza, -la toma de la mano y se dirigen a la salita, una
vez sentados el uno frente al otro, comienza a decir- han pasado seis años, no
somos las mismas personas. Tenemos una convivencia perfecta, podemos dejarlo
así y continuar nuestra vida en común. ¿Para que tanto lío?
Arantza no sabe que decir ante aquellas palabras. Quiere
hacer las cosas bien, legalizar su unión y todo lo que ello conlleva.
-No fue eso lo que acordamos…
-Lo sé. -miente, sabe que aquella promesa yacía olvidada en
algún recoveco de su mente. Creyó que con el transcurso del tiempo, Arantza se
conformaría con vivir a su lado y punto. Sin pedir nada. Obviamente no es así.-
Y siendo sincero, no me siento preparado para un matrimonio. Me siento
estupendamente bien contigo, la manera que convivimos, el apoyo mutuo…pero no
me animo a ir más allá…discúlpame. -Esteban guarda silencio, Arantza lo mira, pero
antes de que de su boca pueda salir palabra alguna, su novio se levanta y sale
de la casa.
El desconcierto se presenta ante ella, no fue la reacción que
esperaba de Esteban. Con paso cansado va a la cocina, la cena se mantiene
caliente. Disfruta de su platillo, sola. El pastel de frutas y chocolate parece
burlarse de ella, lo atrae, tomando un tenedor pincha una fresa y se la lleva a
la boca. Luego hunde el tenedor hasta el fondo del pan, dándole vueltas como si
fuese un destornillador. Después de varios minutos lo saca, a la altura de sus
ojos lo observa: frente, vuelta, frente, vuelta. Frente. Lo introduce en su
boca, segundos después lo saca lentamente.
Continuará...
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