Como duele caer
Keno Fue una calurosa noche de viernes. Entre cervezas heladas y karaoke, Virginia y sus otras dos amigas, Rosario y Mireya, recibían el fin de semana. Durante un momento en que se quedó sola, un tipo alto, rubio, bien vestido y de refinados modales se sentó a su mesa. Como no tenía previsto aquel acontecimiento, no tuvo tiempo para dar una negativa. -Disculpa, estoy acompañada, mis amigas fueron al tocador… -Sí, lo sé, -contesta despreocupado el hombre- las he observado desde que llegaron. Por cierto, no lo tomes de manera malintencionada, pero tu eres la nota que desentona en el trío. –la joven lo mira con gesto de molestia, por lo que se apresura a decir- Me refiero a que te ves culta, educada, vistes bien, ellas en cambio…-buscó la palabra que pareciera correcta para no volver a molestar a su apenas recién conocida amiga- son diferentes. En sentido opuesto. Al principio aquel comentario le cayó mal, pero acostumbrada a ver las cosas desde diferentes ángulos, entendió l...