Juego de niños

La casa está sumida en una oscuridad casi total. No porque sea de su agrado, sino porque así quedó acostumbrada desde que vivía su madre. Hace ya algunos años que se marchó a una mejor vida. Soltera, sin hijos, con un único hermano que vive en la casa de al lado… Su vida transcurre en mantener libre de polvo ese cascarón oscuro y frío. No sale a la calle, la compra se la traen a casa. Sus sobrinos, en edad escolar, se encargan de vender entre sus compañeros y maestros las prendas tejidas que la tía hace en sus ratos de ocio, que son muchos, y con la venta de ellas se mantiene, bueno tanto como mantenerse no, requiere de la ayuda del hermano vecino para cubrir las facturas de servicios. Después de terminar el quehacer de la casa y de ingerir la minúscula ensalada de verduras y pollo con que acostumbra saciar su hambre, le agrada sentarse a leer en un desgastado sillón color chocolate. La lectura es su compañera invisible. El clima fresco y lluvioso, propicio de finales de septiemb...