Una promesa

Ese tipo de dulces nunca ha entrado en mis gustos. Tamarindo con azúcar… dulces de Morelia, ja. El intento de carcajada de Lila va lleno de sarcasmo. Podrán ser los dulces de la Casa Real o los distintivos de la Casablanca, pero de mi preferencia no son. No, no, no, pero por el momento…me conformo con esto, debo administrar mi dinero en cosas necesariamente útiles, no despilfarrarlo en dulces ni antojos. Y esta ansia incontrolable de comer golosinas es gracias a esta maldita, ¿cómo llamarla: tristeza, ansiedad, depresión? Desconozco las características de cada cual, solo Dios sabe que emoción se ha apoderado de mí. Lila agradece por esos momentos de tranquilidad, especialmente en la habitación que utiliza como estudio para trabajar. Acostumbra escuchar música tranquila, prefiere la instrumental de piano o saxofón; deleitando el sentido del olfato con una veladora de esencia de canela o de rosas. Se recuesta sobre el respaldo alto de su silla, alza la vista al cielo azul, ...