Al encuentro con el pasado
Capítulo VI
Abigail (Abby)
Arrogante. Pagada de sí misma. Quien lo merece todo solo por existir, aunque en su vida haya hecho esfuerzo alguno por lograr objetivos, por más nimios que sean.
Tiene 25 años, saca provecho a su imagen conjugando maquillaje, vestuario, buen vocabulario y finos modales.
-La vida no regala nada, -hizo de esas
palabras su mantra personal, se las repetía cada mañana, tarde y noche,
justificando actitudes- hay que comportarse según las circunstancias si hay
propósitos por alcanzar.
Poco o nada acostumbrada a la vida de una ciudad capital, pues llegó de un simpático campo de pueblo ubicado a tres estados de distancia. Campo de pueblo es la vaga descripción de un ejido, con sus casas en color ladrillo, con puertas y ventanas austeras, sin adorno alguno; y por fondo un bosque de densos árboles. Para desconectarse un fin de semana del estrés que ofrece el mundo sería el sitio perfecto, más no para residencia de por vida para alguien a quien ese pedazo de paraíso le queda cortísimo.
Por el momento se conforma con que su sueldo sea más que suficiente para adquirir un automóvil (de agencia, claro, no de segunda mano, ya demasiada humillación fue usar la ropa que fueron dejando sus hermanas mayores), cubrir las cuotas de la facultad de arquitectura que no son baratas, pues se da el lujo de estudiar en universidad privada, (con becas otorgadas por la misma facultad, detalle que escasos de sus compañeros saben), y como está por terminar la carrera profesional, desea regalarse la fiesta de graduación a la que asistirán la mayoría de sus compañeros de generación. Seguro que costará un buen fajo de billetes, pero ella no desembolsará un solo peso.
El catedrático de Geometría de la Arquitectura es un excelente candidato que cubrirá ese costo. Estuvo consciente del impacto que su presencia causó entre sus compañeros varones, y se dio la oportunidad de escoger entre todos ellos al que pudiera darle una vida en donde no faltara el efectivo constante y sonante, aunque en su recorrido hacia la fortuna económica dejara tras de sí una estela de corazones quebrantados y los peores deseos e insultos hacia su persona.
-Felipe, te has portado tan lindo conmigo,
me has apoyado en todo este tiempo de diversas maneras, pero…-inhala y exhala-
hay empresas más importantes y reconocidas que un despachito que apenas ahora
con tu título de arquitecto va a adquirir prestigio…que pena que haya
ocasionado que perdieras a la persona que con tanto amor te cuidaba las
espaldas –risitas burlonas escapan de sus labios- …tu brazo derecho. Solo cuidaba
mis intereses, pero luego conocí a
Idelfonso y mis intereses ya fueron otros.
Durante estas últimas semanas me he portado
indiferente contigo, esperando que te alejes de mí, pero no. Insistes una y
otra vez. Me obligas a hacerlo de una manera, digamos…diferente.
Continuará...
Obra bajo Licencia Creative Commons
Attribution-NonCommercial-NoDerivatives
4.0 International License
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios son bien recibidos. Nos leemos pronto!!!