Primavera

 









Por fin se ha marchado, con su oscuridad, su indiferencia, y llevándose consigo todo el hielo y la tristeza que sembró los últimos meses del año en casa. Atrás han quedado los adornos navideños y las luces multicolores. Y a pesar de que hubo días en que la gente se reunió alrededor de la mesa para compartir comida y buenos deseos, aparte de costosos regalos, la verdad es que el frío y los no gratos recuerdos dejan una mancha imperceptible que no se puede borrar.     

 

La luz entra a raudales por las ventanas, inundando cada rincón de la casa, llenándolos de vida.  Observo hacia el jardín, y es una delicia ver una finísima capa de escarcha derretirse con el calor del sol. Una débil florecilla blanca se abre paso entre la escarcha, desafiante a la vida, sabiendo que su existencia está asegurada. 

 

Cielo azul, cálido, sol ardoroso que quema desde las alturas; pequeños insectos que se mueven a través del aire como mínimas pelusas, paisaje de ensueño. Otra vez. 



Obra bajo Licencia 

Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 

4.0 International License 






Comentarios