Envidia


 










Envidias hay en todas partes y a todo nivel. En varios de mis empleos siempre maldije a las personas que a base de intrigas y chismes se abren camino en el ambiente laboral. Imaginaba las cosas perfectas, que el trabajador más dedicado a sus labores se llevaba los reconocimientos. Craso error!! Y el mismo patrón de actuación se repite en las relaciones de amigos y de pareja. Pero bueno, regresando al punto, en mi grupo espiritual hay una persona que me hace sombra; creí que eran imaginaciones mías, pero al mirar con atención varias situaciones que se han venido dando desde hace tiempo, y que en estas últimas semanas se han hecho más notorias, ya no tengo duda alguna. Si yo hago un comentario, ella lo recalca o comenta algo distinto, si subo una publicación al grupo sus comentarios ponzoñosos no se hacen esperar, si de la coordinación me designan un proyecto, ella con la mirada está gritando que no le parece la situación. En fin, que el demonio siempre está presente dentro de las reuniones espirituales, y digo espirituales, no espiritistas, que es todo lo contrario de la finalidad de nuestro grupo de oración.

Reconozco que me agrada ser objeto de la envidia de alguien, no porque me crea superior en conocimientos, sino porque significa que estoy avanzando en mi camino espiritual, y que viéndolo desde otra perspectiva, soy ejemplo para otras de mis compañeras.

Más debo tener cuidado, porque la envidia es fuerte y no sea que me ocasione un tropiezo, digo, espiritualmente hablando. 




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