No sabes cual sera su cruz
III
La intimidad con Diego fue más placentera de o que esperaba. Imaginó, erróneamente, por supuesto, que por tratarse de un hombre ya acostumbrado al placer carnal se mostraría ansioso por poseerla, mostrándose grosero y vulgar durante los momentos íntimos. Para su sorpresa se comportó de lo más tierno, acariciándola como si su cuerpo fuera una delicada figurilla de cristal que cuidaba y trataba con esmero para que no se le quebrase. La primera experiencia sexual con él fue sencillamente deliciosa. Nora temía que después de aquella entrega Diego se mostrara frío y distante, después de todo ya había obtenido de ella lo que le interesaba, más al contrario, estaba más apegado a ella; le propuso que vivieran juntos y al principio Nora se negó, lo que menos deseaba era que su relación se desmoronara antes de empezar. Pero al darse cuenta de cuanto lo extrañaba porque se acostumbró a él, aceptó mudarse al departamento donde vivía su amado, haciendo caso omiso, pero al mismo tiempo sintiendo como si estuviera cometiendo un pecado o un delito, a las opiniones ajenas, sobre todo las que provenían de los padres de Diego, que por lo poco que los había tratado se dio cuenta que eran personas muy conservadoras.
A Nora ya solo le faltaba un año para graduarse, Diego se opuso a que ella continuara laborando en la constructora. Sabía cuanto se esforzaba por mantener el más alto promedio del grupo desde el inicio de la carrera y no quería que fuese de otro modo.
-Piénsalo bien Nora, por mí no hay inconveniente en que sigas ayudándome en la compañía, pero estoy consiente de que son tus últimos semestres y que necesitas tiempo para realizar tus tareas e investigaciones, iniciar tu tesis y prepararte para tu examen profesional. Tus calificaciones son óptimas y no me gustaría que por estar ocupada en algo de lo cual ya no tienes necesidad de hacer, tu promedio se fuera a la baja.
-No te preocupes, estoy acostumbrada a trabajar y estudiar a la vez, además ya lo dijiste, será por poco tiempo. Mientras más podamos ahorrarnos el pagar otro sueldo, mejor.
Su felicidad estaba completa ahora: el momento de lograr su sueño de convertirse en una profesionista cada vez estaba más cerca, y tenía a su lado a un hombre que realmente la adoraba y le demostraba el lugar importante que ella ocupaba en él, en todos los sentidos.
Empezaba su reconciliación con la vida.
La intimidad con Diego fue más placentera de o que esperaba. Imaginó, erróneamente, por supuesto, que por tratarse de un hombre ya acostumbrado al placer carnal se mostraría ansioso por poseerla, mostrándose grosero y vulgar durante los momentos íntimos. Para su sorpresa se comportó de lo más tierno, acariciándola como si su cuerpo fuera una delicada figurilla de cristal que cuidaba y trataba con esmero para que no se le quebrase. La primera experiencia sexual con él fue sencillamente deliciosa. Nora temía que después de aquella entrega Diego se mostrara frío y distante, después de todo ya había obtenido de ella lo que le interesaba, más al contrario, estaba más apegado a ella; le propuso que vivieran juntos y al principio Nora se negó, lo que menos deseaba era que su relación se desmoronara antes de empezar. Pero al darse cuenta de cuanto lo extrañaba porque se acostumbró a él, aceptó mudarse al departamento donde vivía su amado, haciendo caso omiso, pero al mismo tiempo sintiendo como si estuviera cometiendo un pecado o un delito, a las opiniones ajenas, sobre todo las que provenían de los padres de Diego, que por lo poco que los había tratado se dio cuenta que eran personas muy conservadoras.
A Nora ya solo le faltaba un año para graduarse, Diego se opuso a que ella continuara laborando en la constructora. Sabía cuanto se esforzaba por mantener el más alto promedio del grupo desde el inicio de la carrera y no quería que fuese de otro modo.
-Piénsalo bien Nora, por mí no hay inconveniente en que sigas ayudándome en la compañía, pero estoy consiente de que son tus últimos semestres y que necesitas tiempo para realizar tus tareas e investigaciones, iniciar tu tesis y prepararte para tu examen profesional. Tus calificaciones son óptimas y no me gustaría que por estar ocupada en algo de lo cual ya no tienes necesidad de hacer, tu promedio se fuera a la baja.
-No te preocupes, estoy acostumbrada a trabajar y estudiar a la vez, además ya lo dijiste, será por poco tiempo. Mientras más podamos ahorrarnos el pagar otro sueldo, mejor.
Su felicidad estaba completa ahora: el momento de lograr su sueño de convertirse en una profesionista cada vez estaba más cerca, y tenía a su lado a un hombre que realmente la adoraba y le demostraba el lugar importante que ella ocupaba en él, en todos los sentidos.
Empezaba su reconciliación con la vida.
Continuará...
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