Legítima Defensa


Hello chicos y chicas.
Aki les entrego el primer capítulo de mi nueva novela breve, brevísima...
Espero críticas y comentarios.
Salu2.

Capítulo I

Escondí la cabeza bajo la almohada cuando el teléfono comenzó a timbrar. Eran las 3:45 de la madrugada. Los abogados al igual que los médicos carecemos de un horario establecido de trabajo, pero el día anterior no había sido fácil; y cuando llegué a casa me preparé un sándwich de queso con aguacate y cebolla, y lo acompañé con una deliciosa cerveza bien fría, así la bebida me provocaría un sueño profundo. Por ese motivo me negué a contestar, pero el insistente repiqueteo del teléfono me obligó a cambiar de opinión. Levanté de mala gana la bocina y al otro lado de la línea logré escuchar voces entre mezcladas que hablaban sin parar, al principio no logré entender lo que decían, y al cabo de unos instantes una voz conocida, casi a punto de quebrarse por el llanto mencionó mi nombre.
-Olivia…. Olivia soy yo, Blanca.
Aún sorprendida porque la verdad lo que menos imaginé en ese momento era que Blanca se dignase a llamarme después de la cruda conversación que tuvimos meses atrás, pero ese no era el momento para recordar viejos halagos de la una hacia la otra.
-Blanca estás bien? Donde estás?
-No puedo explicarte nada ahora, pero necesito que me ayudes. Por favor, yo sé que la última vez que hablamos no quedamos en muy buenos términos pero hoy necesito tu ayuda. Vendrás?
Ni siquiera necesité apuntar la dirección, de sobra la conozco.
Mientras conducía mi auto comencé a recordar cosas gratas y no tan gratas que Blanca y yo hemos compartido: de niñas fuimos vecinas, su padre era alcohólico y desobligado de su familia, doña Ofelia (madre de Blanca) era quien proveía los gastos de la casa y la manutención de sus 6 hijos. Una situación parecida se vivía en casa: papá no era alcohólico pero no le gustaba trabajar, por lo que mandaba a mi madre a buscar el sustento nuestro.
Blanca y yo cursábamos el mismo grado en la escuela secundaria, fueron los peores años en nuestra vida : el uniforme era diseñado y cosido por nuestra madre en una tela barata y de bastante mala calidad mientras que la mayoría de las compañeras lucían un uniforme impecable confeccionado por una costurera experta. Lo mismo sucedía con los libros: mamá los conseguía con sus conocidos a precio mínimo o incluso regalados, pero estaban rayados, rotos o deshojados. Que vergüenza y que asco sentíamos por éstas situaciones!
Mientras yo únicamente pensaba en trabajar para salir a flote de la mierda que me llegaba hasta el cuello, Blanca coqueteaba con todo muchacho que tuviese la “fortuna” (buena o mala, eso depende del enfoque de cada quien) de atravesarse en el camino de ella. Casarse y salirse de su casa y de la pobreza eran la única solución posible que su cabeza aceptaba. No le interesaban los estudios ni el trabajo, quería solo que alguien la rescatara de su pesadilla. Pero mientras ese “alguien” llegaba a su vida tuvo que trabajar como vendedora de perfumes en una prestigiada tienda departamental, pues tenía a cuestas una hija a quien mantener. Meses después se convirtió en Karen, una bailarina exótica.
Y ahora estaba envuelta en un grave problema.....


Continuará...

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